La cabeza en Lima y el corazón en Buenos Aires
2 minutos de lecturaNo fue el inicio soñado.
Ese día abandoné el estadio con una tristeza profunda, de esas de amor no correspondido. Habíamos quedado expuestos, allí, ante Latinoamérica entera con un marcador en contra categórico. De nada había servido la fiesta previa, el color, las arengas, las familias enteras desperdigadas en las cuatro tribunas. De nada había servido ese amor saliendo de cada garganta.
Y entonces llegaron los comentarios, las odiosas comparaciones, los demás resultados y el panorama no mejoró pero el tiempo que no sabe de mis tristezas, ni de las de ustedes que me leen, nos coloca de cara a un nuevo reto, para probar si el amor es realmente intenso y tras una primer derrota en casa, nos lanza a los leones o, mejor dicho: ¿a las gallinas?, de visita, ante un River Plate crecido, que comanda el torneo local argentino de la mano de su DT, Martín Demichelis. En este momento, la mitad del vecino país, está subido a la Michoneta.
¿Nosotros? Callados. Venimos por el golpe en la polla, por el sueño. Y si yo fuera el rival, me tomaría un tiempo para recordar que esta campaña, el Sporting la hizo a punta de sueños. Llegamos a esta fase de grupos de la Libertadores, tras una histórica remontada y luego de una victoria en el último minuto, arropados siempre por el amor de nuestra hinchada. Y aunque hoy, esa hinchada no esté completa en Núñez, me atrevería a decir que, sí está presente el mismo sueño: el sueño de Tiago Nunes, de Yoshi, de Ignacio, de Jesús (Pretell y Castillo), de Joao, mi sueño y tu sueño, porque finalmente el fútbol es eso: amor y sueños.
Hoy mi cabeza está en Lima pero mi corazón, amaneció soñando en Buenos Aires.